[tribu en apuros]

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Las nuevas acciones a continuacion:

La comunidad indígena de los Cofanes habita en el departamento colombiano del Putumayo, en la región amazónica fronteriza con Ecuador.

Las estadísticas son sobrecogedoras. Según el consejo de ancianos, formado por ocho Taitas (chamanes) y seis abuelas, la población ha disminuido en los ultimos 500 años de 15 000 a menos de 2 200 habitantes.

El problema principal de hoy es la guerra entre los grupos armados y el ejército, así como las fumigaciones con herbicidas que forman parte del Plan Colombia, las cuales se extienden por una vasta región, polucionan el agua y destruyen la vegetación.

“Cada día empeora la situación. A finales de los años 70 llegaron las plantaciones de coca a nuestra región. Para nosotros es una planta sagrada, pero ellos la declararon ilegal. Hemos tratado de sobrevivir mediante el diálogo, hemos pedido que no nos involucren en la guerra, pero la guerra tiene otra reglas. El más viejo de nosotros no comprende qué cosa es la guerra. Nuestro Taita Fernando Mendúa tiene 115 años de edad y siempre ha vivido en paz en nuestras tierras, cazando, pescando y cantándole a la madre tierra con la planta sagrada del Yagé. Por eso él no puede comprender qué cosa es la guerra. Nosotros somos un pueblo pacífico y no guerrero.”

Entretanto son preocupantes para los Cofanes las negociaciones sobre el ALCA, el tratado de libre comercio entre el gobierno de los Estados Unidos y los de Colombia, Ecuador y Perú.

“La riqueza que poseemos nosotros los indígenas es para todos. El Amazonas, denominado como pulmón del mundo, no está para ser vendido y así ser destruido sin ningún control y ninguna medida de protección. Esto se deriva del respeto ante la naturaleza y ante todos los seres humanos”.

El desplazamiento hacia pequeñas regiones tuvo graves consecuencias para la comunidad de los Cofanes, especialmente enfermedades, hambre y amenaza de su cultura y su identidad. Debido a ello la comunidad fué adoptada en el año 1996 como especialmente amenazada en el decreto nr. 1397 de la ONU. Las peticiones resultantes (respecto a la propiedad sobre la tierra, servicio de salud, entre otras) al gobierno colombiano no han sido cumplidas hasta ahora.

La cultura de los Cofanes tiene sus raíces en la relación de las comunidades con sus tierras. La tierra y la cultura constituyen una unidad. Cuando ésta se rompe se destruye la cultura, el conocimiento vinculado a la tierra y la riqueza asociada al mismo se pierden. Estos seres humanos se sienten parte de la selva; de la misma reciben el saber y la medicina. La milenaria sabiduría de los mayores conserva el conocimiento sobre la vida en armonía con la naturaleza. De este modo adquirieron el saber sobre la diversidad de plantas útiles y de curación y sobre cómo conservarlas. Este conocimiento es pasado a los alumnos a traves del ritual sagrado del Yagé.